Uno de los primeros inconvenientes al momento de iniciar un tratamiento de implante dental es la ausencia de hueso en la zona requerida, sin embargo, con las tecnologías emergentes, este problema puede ser corregido de manera eficaz mediante distintos métodos.
La pérdida de la estructura ósea en la zona maxilar o en la mandíbula suele estar antecedida por factores concretos, uno de ellos, común entre pacientes, es provocada por extracciones realizadas con anterioridad, estas ocasionan una perdida mínima de hueso, sin embargo el tiempo puede ocasionar una reabsorbción ósea, esto quiere decir que mientras mayor sea el tiempo tras la perdida dentaria, menor será la cantidad de hueso en la zona afectada.
Por ello, lo recomendable es prevenir este fenómeno mediante la colocación de un implante de titanio, este mantendrá el hueso activo y funcional, ya que si deja de recibir estímulos, la estructura ósea, disminuirá y terminara por desaparecer.
Para solucionar esta deficiencia, entran en juego diversas técnicas de regeneración , siendo las mas utilizadas las del cultivo del hueso artificial, que se obtiene mediante la colocación de hueso en polvo o en pequeños bloques hasta conseguir una base suficiente . Si se requiere una solución inmediata, lo ideal es un implante cigomático, este simplifica significativamente el tratamiento además de ofrecer ventajas estéticas y funcionales de manera inmediata, asimismo nos devuelve la confianza y comodidad para volver a sonreír.
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